3ra
Parte.
Ojo
dominante. Cómo conocerlo.
Intercambiando
con el colega cazador Antonio Muñoz Sánchez sobre estos temas, nos surgió la cuestión de si sería beneficioso para los que se inician en los temas de caza
que ampliásemos la cuestión del ojo dominante. Resulta tan sencillo, que por
eso no profundicé en el tema en las entregas anteriores. Busque con la vista un
objeto de regular tamaño situado a unos 3 metros frente a usted. Servirá una
lámpara, un florero o simplemente un cuadro que cuelgue en la pared. Obsérvelo
de frente y con ambos ojos abiertos. Con los brazos completamente estirados
hacia el frente, sitúe sus manos abiertas, pero con los dedos de cada mano
unidos unos con otros de forma tal que no pueda ver entre ellos y con las
palmas hacia el objeto y las puntas de sus dedos apuntando al techo. Las manos
deben quedar una al lado de la otra de forma paralela y a la misma altura, pero
dejando una distancia entre ellas marcada por los dos pulgares estirados,
creando un recuadro entre ellas. Mire el objeto seleccionado a través del
recuadro que marcan sus manos. Vaya aproximando una mano hacia la otra, siempre
observando el objeto con ambos ojos abiertos. Cuando los bordes interiores del
recuadro formado con sus manos toquen los bordes del objeto, cierre uno de sus
ojos. Si continúa viendo el objeto, ese es su ojo dominante. Pruebe con el otro
ojo. El ojo no dominante, nunca verá el objeto. Repita la acción dos o tres
veces y siempre tendrá el mismo resultado. Perdonen la calidad de la foto
ilustrativa, pero estoy solo en mi estudio y no tengo a nadie que me auxilie.
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