2da
Parte.
LATERALIDAD
CRUZADA
Arturo Montero-Sánchez,
es el amigo que les conté que tiene Lateralidad derecha, pero que su ojo dominante
es el izquierdo. Con los años, Arturo se ha convertido en un especialista en el
tema de la Lateralidad cruzada, dedicando muchas horas a investigar esta
singular condición de la fisiología humana. Me ha prometido redactar un
pormenorizado artículo sobre este tema para publicarlo. No obstante, y de
manera resumida, les adelantaré algo.
La
corrección de este problema puede simplificarse en dos variantes: o el tirador
decide forzar su Lateralidad derecha (en el caso de individuos derechos) y se
obliga a entrenar disparando a la zurda y de esta forma colocar su ojo
dominante sobre el cañón del arma; o simplemente adopta unos “trucos” que le
permitirán elevar la capacidad del ojo derecho (no dominante) en la acción de
dirigir correctamente el arma hacia el blanco. La primera variante solo es
recomendable en tiradores muy jóvenes o que se inicien en la actividad de caza.
Esto se debe a que la acción de encarar la escopeta es una habilidad adquirida
después de mucha práctica y los tiradores con algo de experiencia que intenten
disparar con su lado no dominante, seguramente no le darán a un melón a tres
metros por mucho que empleen el ojo correcto.
Nos
queda entonces el recurso de forzar la dominancia del ojo derecho (para aquellos
cuyo ojo dominante sea el izquierdo), sin sacrificar las ventajas de disparar
con ambos ojos abiertos. La variante más elemental es utilizar la visera de la
gorra algo ladeada, de modo que le oculte al ojo izquierdo la banda del cañón.
Para ello el tirador debe encarar correctamente la escopeta y luego cerrar su
ojo derecho. Poco a poco va ladeando la visera de su gorra justo hasta que la
banda y la mira del arma queden ocultas a su ojo izquierdo. De esta forma,
queda garantizada la visión estereoscópica que permite a nuestro cerebro
calcular de modo instintivo la velocidad y distancia del blanco, algo de lo que
ya hablamos anteriormente; así como mantener la visión periférica tan
importante para el cazador. Algo un poco más elaborado y que resulta el método
más empleado en el mundo para la Lateralidad cruzada es la adaptación de los
espejuelos o las gafas con los que se caza habitualmente. Aprovecho para
señalar que el uso de gafas, ya sean graduadas, de sol, o simplemente de
protección; es imprescindible como norma de seguridad al disparar un arma de
fuego y es de obligatorio cumplimiento en la mayor parte de las legislaciones
del mundo. Debemos recordar que la visión central abarca como máximo unos 30
grados del campo visual, mientras la periférica ronda los 180 grados y un poco
más en algunos individuos entrenados. Se trata de colocar un pequeño parche que
puede ser cita adhesiva, preferiblemente negra, en la zona del cristal
correspondiente al ojo izquierdo. Si se estudia bien su colocación, este parche
debería ocupar tan solo entre 10 y 15 grados de la visión central de ese ojo.
Sería tan solo un punto sobre el cristal que impida al ojo izquierdo ver la
banda de alineación sobre el cañón de la escopeta. La recomendación es colocar
un parche algo mayor e ir probando encares sucesivos y una vez encarada el
arma, cerrar el ojo derecho para poder reducir paulatinamente el tamaño del
parche. Esta es una solución muy fácil y práctica. Una vez acostumbrados a
emplearla, casi no se notará el parche, conservando el total de la visión
periférica y perdiendo tan solo una parte de la visión central lo cual siempre
será infinitamente mejor que disparar con un ojo cerrado.
En
el mercado existen muchas miras diseñadas expresamente para corregir este
problema. Por lo regular su diseño persigue obligar al ojo no dominante a ver a
través de ellas. Hay un sistema de miras que se originó en su uso militar, pero
que han alcanzado en la actualidad gran popularidad en actividades de caza y
tiro en general. Son las miras réflex del sistema Red-Dot, o miras de punto
rojo (aunque existen de varios colores). Ellas siguen el principio de los
colimadores empleados en la aviación de combate. Poseen un haz de luz láser que
se encuentra alineado con el cañón y que se refleja en una pequeña pantalla
transparente frente a ella, creando un holograma. Al disparar no hay siguiera
que alinear el cañón, simplemente se hace coincidir el blanco con el punto rojo
del cristal de la pantalla. Existen miras de este tipo que no requieren
baterías ni rayo láser. Emplean una porción de fibra óptica que se encarga de
focalizar la luz ambiental sobre el cristal de la pantalla. La desventaja es
que solo pueden utilizarse en exteriores bajo determinadas condiciones de luz
diurna, pero para la caza son muy efectivas.
Otras
soluciones como emplear culatas torcidas, no son recomendables porque van
contra la estructura anatómica del cuerpo humano. Esperemos que pronto Arturo
nos pueda ampliar toda esta información.
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